... Gélido y Dulce

como tu piel ...

El sueño..

Estaba paseando por el bosque, serían sobre las 3 de la mañana...
Tengo frío, voy pisando la hojas secas y la poca nieve que queda, la luz de la luna ilumina muy poco el camino, el camino que yo mismo he decidido que sea pues no veo nada parecido a un camino..

Cruzo corriendo y salgo a la carretera, un coche pasa demasiado cerca de mí y pita varias veces mientras se aleja. Camino por el borde, mirando al suelo, mis botas están empapadas...

No sé cuanto tiempo pasa, pero he llegado a un parque, en un columpio veo una figura, pero la niebla no me deja distinguir muy, me acerco y me siento en el columpio de al lado.
- Hola.
La figura se gira y me mira, entonces siento como si una piedra me hubiese golpeado fuerte la cabeza, es el imbécil de esta mañana.
- ¿Qué quieres?
Le miro perplejo..
- Nada, solo estaba dando un paseo, ¿te puedo hacer una pregunta?
Se saca un cigarrillo y lo prende, se lo lleva a la boca y le da dos caladas, me mira de nuevo.
- Dirás dos, ya me has echo una..
- Vale, dos, ¿por qué hiciste eso esta mañana?
- ¿El qué?
- Tirarme al suelo.
Sonríe y se empieza a columpiar, el sonido del viento y el chirrido del columpio crea un ambiente extraño y aterrador.
- La cuestión es: ¿por qué NO hacerlo?
Miro incrédulo.
- Oye, ¿te estás riendo de mí?
Se empieza a reír, sin parar, entonces salta del columpio y se me acerca, me acaricia la cabeza y apaga su cigarrillo en.. ¡¡MI MANO!! la agito fuertemente
- Serás cabrón!
- Hasta mañana.
Me guiña un ojo y se va corriendo.
- Joder, ¿qué le he echo? será idiota.


Sentía pinchazos en la mano, de pronto abrí los ojos, veía el techo de mi cuarto de un tono azulado por la luz de la luna que entraba por mi ventana, miré mi mano, mi gato me estaba mordiendo, la agité para apartarlo, me senté y cogí el móvil... LAS 6 DE LA MAÑANA!
- Ohhh no, odio despertarme tan pronto.
La verdad, siempre que me he despertado tan pronto no he sido capaz de dormirme de nuevo, me levante y bajé al piso de abajo, la luz del comedor estaba encendida, entré, mi padre estaba sentado en el sillón viendo la tele y bebiéndose una cerveza, me senté a su lado.
- Hola papá.
- Hola canijo, aunque de canijo no tienes mucho, ¿qué tal tu primer día, alguna chiquita?
Sonreí y le golpeé el brazo.
- Si una cuarentona llamada Sarah.
- Oh! Que bien.
- Estaban de excursión y vine a casa, siento haberme dormido y no haber echo la comida.
- No pasa nada, solo que te has perdido ir a la hamburguesería, en mi descanso para comer solo me da tiempo a ir a por tu hermana y comer, al ver que no había comida tu hermana insistió hasta que fuimos. Bueno, ¿qué te parece el sitio?
- No está mal... aunque solo he conocido a un chico.
- ¿Qué chico?
- No sé como se llama, pero era muy raro, tenía un ojo de cada color, pero es un idiota.
Mi padre se acomodó en el sofá sonriendo..
- Adelante, narra tu historia...
- Papá.. - le golpeé de nuevo, esa voz de historiador no le pegaba - estaba subiendo a clase cuando el bajaba corriendo, nos chocamos y me caí al suelo, me va a ayudar y cuando estoy levantándome me empuja y me caigo de nuevo, y luego me insulta y se va corriendo, ¿te puedes creer? No le conozco y aun así me golpea, que asqueroso.
Mi padre se empezó a reír, dio otro sorbo a su cerveza.
- ¿Cuántos años tenía?
- Como mucho dieciséis, era un enano.
- ¿Y por qué no le tumbaste? ¿Te dio miedo?
Mi padre no paraba de reír, me levante enfurecido y me acerqué a la barra que separa la cocina del comedor, me eché un vaso de leche.
- No le tumbé porque me pareció que no era plan de empezar una pelea mi primer día.
Empecé a subir de nuevo a mi habitación. Las risas de mi padre no cesaban.
- Ya claro, me vas a tener que presentar a ese chico, para ver cuanto miedo impone.
Soltó otra carcajada, yo me limité a entrar a mi cuarto.
- ¡Hasta mañana!
Cerré la puerta al entrar. Me senté en la cama, cogí mi libro de FRANKENSTAIN y empecé a leer, a las 7 se repetiría el procedimiento de ayer...

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